¿Son más sanos los alimentos ecológicos?
El consumo de alimentos ecológicos no para de crecer. En los últimos veinte años el sector de la agricultura y ganadería ecológicas se ha multiplicado por cinco a nivel mundial, tanto en el número de hectáreas dedicadas como en el valor económico de este mercado. [1]
Sin embargo, desde sus inicios han surgido voces a favor y en contra, con un argumento que siempre se repite en este debate: los alimentos ecológicos son más sanos que los convencionales.
Pero, ¿es eso cierto? En este artículo vamos a responder a esta pregunta con todo lo que se sabe hasta ahora.
Pero antes, si no tienes claro que es exactamente un «alimento ecológico» o de que formas puedes saber si estás comprando un verdadero producto ecológico, echa un vistazo a nuestro artículo al respecto.
¿Qué es un alimento saludable?
Antes de poder decir si los alimentos ecológicos son más saludables o no, primero debemos aclarar que es un alimento saludable.
Estamos acostumbrados a escuchar, por ejemplo, que las verduras son saludables y que la pizza y los dulces no lo son. Esto, que puede parecerte obvio y de sentido común, es tan solo la visión predominante actual sobre lo que significa «alimento saludable». Pero esta visión era distinta hace tan solo unos años y posiblemente también lo será en el futuro.
El mundo de la nutrición es cambiante y, aunque cada vez más riguroso, en ocasiones se ve influenciado por intereses corporativos y modas populares.
Un famoso ejemplo es el de los huevos, cuyo consumo estuvo relacionado durante décadas con provocar altos niveles de colesterol en la sangre y aumentar el riesgo de infarto, hasta que un extenso meta-análisis publicado en 2016 demostró que esta relación era falsa y que el consumo de huevos incluso puede reducir el riesgo de sufrir un ictus. [2]
Otro caso, esta vez de manipulación corporativa, es el del azúcar. La industria azucarera estadounidense, a través de la «Sugar Association», financió durante años estudios de nutrición que ocultaban o restaban importancia a los peligros derivados de comer azúcar, con el objetivo de promover su consumo. [3]
Como vemos, existe mucha desinformación e ideas preconcebidas incluso sobre los alimentos convencionales, lo cual dificulta aún más su comparación con los ecológicos. Por eso, en primer lugar, es importante entender que no existen alimentos saludables sino usos saludables de los alimentos.
Alimentación saludable, no alimentos saludables
El cuerpo humano necesita obtener una determinada cantidad diaria de energía, proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas, minerales y otros elementos para funcionar de manera óptima. La cantidad exacta de estos nutrientes es diferente para cada persona en función de su genética, edad, sexo, actividad física, enfermedades, etc.
En general, los alimentos que se consideran como «saludables» son aquellos que poseen una mayor proporción de los nutrientes esenciales y por tanto nos permiten alcanzar nuestra cantidad diaria más fácilmente.
Sin embargo, ningún alimento posee por sí mismo todos los nutrientes que necesitamos, por lo que debemos consumir un conjunto de ellos para conseguirlos todos. Este conjunto es lo que conocemos como «alimentación» o «dieta».
El problema es que, de la misma forma que no alcanzar nuestra cantidad de nutrientes diarios tiene efectos negativos en nuestro cuerpo, superar esta cantidad también los tiene. Y, si bien algunos alimentos considerados «malos» hacen que superemos estos límites más fácilmente (por ejemplo, los que contienen grasas trans), esto también puede ocurrir aunque nuestra dieta se componga únicamente de alimentos «sanos».
Por lo tanto, no es adecuado hablar de alimentos sanos o insanos, sino más bien de dietas más o menos sanas en función de las necesidades personales.
Las claves de una alimentación saludable están en la cantidad y variedad de los alimentos que la compongan. Conocer nuestras necesidades nutricionales es vital para consumir un rango de alimentos que nos permita alcanzarlas, pero sin excedernos demasiado en ellas.
De acuerdo, ya sabemos que realmente no hay alimentos más sanos que otros. Pero, aun así, ¡seguimos queriendo saber si los alimentos ecológicos son más sanos que los convencionales!
¿Cómo podemos comparar esto? Fijándonos en 3 factores que afectan directa e indirectamente a nuestra salud: densidad nutricional, sustancias externas e impacto medioambiental.
Densidad nutricional
La densidad nutricional es la cantidad de nutrientes que hay en un volumen de alimento determinado.
Como vimos anteriormente, los alimentos contienen los nutrientes que nuestro cuerpo necesita durante el día, por lo que una forma de comparar si los ecológicos son más «sanos» sería ver si contienen más nutrientes que sus equivalentes convencionales.
Para responder a esto nos hemos fijado en las principales revisiones sistemáticas y meta-análisis realizadas al respecto, es decir, estudios que analizan cientos o miles de artículos publicados sobre los efectos en la salud del consumo de alimentos ecológicos y resumen los hallazgos obtenidos en ellos.
Resumen:
- Los productos lácteos y carnes ecológicos contienen hasta un 50% más de omega-3, sin embargo, los estudios advierten de que esta diferencia apenas tiene efectos perceptibles en la salud [4].
- No se han encontrado diferencias significativas en la cantidad de vitaminas y minerales en alimentos ecológicos respecto a convencionales [4].
- Los alimentos ecológicos pueden tener hasta un 26% más de compuestos fenólicos, unas sustancias que podrían prevenir la aparición de algunas enfermedades. Sin embargo, sus efectos en la salud todavía no son bien comprendidos [4].
- Los alimentos ecológicos tienen mayores concentraciones de antioxidantes [5].
- Los alimentos provenientes de cultivos ecológicos tienen una menor cantidad de proteínas y aminoácidos, sin embargo, los estudios destacan que esta diferencia es demasiado pequeña para tener efectos significativos en la salud [5].
Conclusión: Consumir alimentos ecológicos con el objetivo de obtener más nutrientes no tiene sentido con la información de que se dispone actualmente.
Sustancias externas
Además de las sustancias que se encuentran de forma natural en los alimentos, otros elementos pueden acabar en ellos debido a los procesos empleados para producirlos.
Restos de pesticidas, metales pesados, antibióticos, hormonas, aditivos, etc. , están presentes en muchos alimentos y su consumo prolongado puede hacer que se acumulen en nuestro cuerpo hasta alcanzar niveles peligrosos para la salud.
Por lo tanto, otra forma de comparar si los alimentos ecológicos son más saludables sería comparar la cantidad de sustancias externas peligrosas respecto a los alimentos convencionales. De nuevo, hemos revisado los principales estudios al respecto.
Resumen:
- Los alimentos ecológicos contienen, de media, un 48% menos de cadmio, un metal altamente tóxico que se acumula en el hígado y los riñones. Esta diferencia parece estar relacionada, principalmente, con el diferente uso de fertilizantes que se hace en los cultivos ecológicos [5].
- Los cultivos ecológicos contienen menores cantidades de nitrógeno y mayores cantidades de fósforo, pero estas diferencias carecen de relevancia directa para la salud humana, según los investigadores [4].
- La presencia de residuos de pesticidas fue 4 veces menor en las muestras analizadas de alimentos ecológicos respecto a los convencionales [5].
- El consumo de alimentos ecológicos podría estar relacionado con un menor riesgo de sufrir alergias, sin embargo, las evidencias aún no son concluyentes [4].
- Se observó una reducción significativa del riesgo de padecer linfoma no-Hodgkin en los participantes que habitualmente o siempre consumen alimentos ecológicos en comparación con las personas que nunca los consumen [4].
- Los animales de granjas ecológicas tienen menos probabilidades de desarrollar ciertas enfermedades relacionadas con la producción intensiva típica de las granjas convencionales. En consecuencia, se necesitan menos antibióticos para tratar enfermedades durante la crianza de los animales, además de que su uso está fuertemente restringido por las regulaciones de producción ecológica. Esto disminuye el riesgo de desarrollo de resistencia a los antibióticos en las bacterias [4].
Antes de pasar a la conclusión de este apartado hay que mencionar algo importante: los meta-análisis destacan la escasez de estudios que comparen los niveles de residuos de pesticidas en los cultivos orgánicos y convencionales, así como deficiencias en la elaboración de algunos de los estudios publicados.
Más estudios exhaustivos son necesarios para poder valorar en profundidad los efectos positivos en la salud derivados del consumo de alimentos ecológicos.
Conclusión: Debido al creciente aumento de la resistencia a los antibióticos entre la población, a la ausencia en muchos países de controles exhaustivos sobre la presencia de pesticidas peligrosos en los alimentos y a la falta de consenso sobre sus efectos en la salud a largo plazo, el consumo de productos ecológicos como una forma de reducir la ingesta de estas sustancias parece justificado.
Impacto medioambiental
Otra forma de medir los beneficios para la salud de un alimento consiste en analizar el impacto medioambiental que supone su vida útil, desde su origen hasta que llega a tu plato.
Sin embargo, este análisis es muy complejo y engloba muchos factores distintos por lo que vamos a dedicarle un artículo entero que publicaremos muy pronto.
Referencias
- «The World Trends of Organic Production and Consumption«, Yurii Kyrylov, Stanley R. Thompson, Viktoriia Hranovska, Viktoriia Krykunova, 2018
- «Meta-analysis of Egg Consumption and Risk of Coronary Heart Disease and Stroke«, Alexander DD, Miller PE, Vargas AJ, Weed DL, Cohen SS, 2016
- «Sugar Industry and Coronary Heart Disease Research«, Cristin E. Kearns, Laura A. Schmidt, Stanton A. Glantz, 2016
- «Human health implications of organic food and organic agriculture: a comprehensive review«, Axel Mie, Helle Raun Andersen, Stefan Gunnarsson, Johannes Kahl, Emmanuelle Kesse-Guyot, Ewa Rembiałkowska, Gianluca Quaglio, Philippe Grandjean, 2017
- «Higher antioxidant and lower cadmium concentrations and lower incidence of pesticide residues in organically grown crops: a systematic literature review and meta-analyses«, Marcin Barański, Dominika Średnicka-Tober, Nikolaos Volakakis, Chris Seal, Roy Sanderson, Gavin B. Stewart, Charles Benbrook, Bruno Biavati, Emilia Markellou, Charilaos Giotis, Joanna Gromadzka-Ostrowska, Ewa Rembiałkowska, Krystyna Skwarło-Sońta, Raija Tahvonen, Dagmar Janovská, Urs Niggli, Philippe Nicot, Carlo Leifert, 2014